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Rápido, ágil, mejor…

piedas rapido, agil, mejor

 

Cuando se habla de administración del tiempo o de desarrollo de proyectos cada vez es más común escuchar la palabra ágil, pero ¿Qué hay en nuestro entorno que nos hace relacionar la palabra ágil con rápido?

 

Es cierto que el mundo parece no detenerse y que cuando estamos aprendiendo algo nuevo, inmediatamente parece haber algo mejor que lo reemplaza; y no solo eso, los puestos de trabajo han evolucionado de tal forma que se nos exige el desarrollo de habilidades multidisciplinarias que antes no se consideraban parte de un puesto, y frente a todo esto ha surgido una ola de metodologías que nos ayudan a organizar la forma en que trabajamos para optimizar resultados.

¿Quiere decir que con todos estos cambios tendríamos que ser cada vez más rápidos?

No necesariamente, hay tareas para las que sin duda requerimos velocidad, por ejemplo, decisiones en situaciones de riesgo que no pueden esperar, pero cuando hablamos de gestionar proyectos, realizar tareas o incluso tomar decisiones que pueden cambiar nuestra carrera profesional, es mejor hacer pausas que nos ayuden a aclarar y a continuar para obtener los resultados que esperamos, o decidir si es necesario cambiar estrategias.

¿Cómo podemos ser verdaderamente ágiles? Te sugerimos lo siguiente:

  1. Prepara una lista de tus tareas más complicadas.
  2. Elige una tarea de la lista y ahora escribe las acciones que harían que esa tarea fuera más sencilla.
  3. Realiza las acciones día a día o a lo largo de los días.
  4. Haz pausas entre acciones para revisar qué funciona y qué puede cambiar.
  5. Una vez que finalices la tarea elige otra de la lista y repite el mismo método.
  6. Recuerda incorporar las cosas que han funcionado previamente.

¿Cómo hacer las cosas más fáciles? Piensa en todos los recursos que tienes a tu alrededor, tanto materiales como humanos; en ocasiones hacer una tarea más fácil depende de cómo la iniciemos y planeemos terminarla; si es algo que nos tomará mucho tiempo y esfuerzo pensemos en como fragmentarla para eliminar la carga cognitiva, es decir, el pensamiento que refuerza que la tarea es muy pesada e incluso imposible de realizar.

Hacer pequeñas pausas cuando realizamos una tarea nos ayuda a evaluar el método que estamos siguiendo, lo que nos ayudará a que nuestro resultado final sea más exitoso que si solo nos hubiéramos precipitado a cumplir la tarea con gran velocidad para parecer más eficientes.

Sé verdaderamente ágil y aprende a hacer pausas significativas que te lleven a los mejores resultados.

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