
Un selfmaker resuelve sus conflictos así: autoconociéndose y explorando sus propias oportunidades, con disciplina.
Regularmente se nos alienta a enfocarnos en nuestras fortalezas y a conocer nuestras áreas de oportunidad, pero ¿Alguna vez has analizado a fondo todas estas y cómo las utilizas en cada situación?
Cuando nos enfrentamos a la resolución de un conflicto, utilizamos atributos propios de nuestra personalidad o del aprendizaje formal que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida. Pero también nos valemos de herramientas externas. Esto se conoce como recursos internos y externos.
A lo largo de nuestro día a día, pero sobre todo cuando se presenta una situación difícil echamos mano de nuestros recursos, en ocasiones sin reconocerlo, porque estamos acostumbrados a actuar de cierta manera y a veces también por cuestiones culturales nos enfocamos más en nuestros errores que en nuestros aciertos.
Si bien sabemos que de los errores se aprende, también de nuestras fortalezas; las situaciones extremas nos enseñan de lo que somos capaces, generalmente son cualidades que siempre han estado ahí, pero que no siempre tenemos la oportunidad de utilizarlas.
Analizar tus recursos es importante porque es una forma de conocerte a ti mismo. En otras ocasiones hemos hablado de la importancia de analizar antes de actuar, y así como se aplica a conflictos externos, también aplica de manera personal.
Cuando conoces tus recursos, es más fácil que sepas con qué cuentas, que necesitas mejorar y así incluso prevenirte ante futuras dificultades.
¿Cómo podemos identificar nuestros recursos?

Si los ejercicios de autoconocimiento te resultan difíciles, podría serte de utilidad pensar cómo ayudarías a otra persona a resolver, al realizar este ejercicio; mírate desde un punto de vista objetivo, conócete y reconoce lo que eres y lo que te hace falta.
Una buena forma de hacerlo es sabiendo claramente lo que quieres alcanzar, para ello te damos una idea con esta tabla:

Recuerda que esto no quiere decir que instantáneamente reaccionarás a los problemas de una forma distinta, no podemos evitar las emociones que son las primeras reacciones que experimentamos al enfrentarnos a un conflicto. Pero conocerte mejor hará que puedas ocupar otros recursos, sobre todo cuando las situaciones que se presentan nos permiten un punto de reflexión.
Una de las cosas más importantes para resolver un conflicto es el análisis, recuerda que como hemos hablado con anterioridad, en ocasiones es peor tomar la primera solución y tener un resultado equivocado.
Si tienes tiempo de analizar, te proponemos lo siguiente:

Completa la tabla y observa como cada uno de tus recursos aplica en diferentes situaciones y puede ser utilizado para llegar a una mejor resolución. Tal vez sentarte a escribir cada vez que tengas un problema te parezca tedioso o creas que no tienes tiempo para ello, pero piensa en todas las ocasiones que una respuesta rápida te trajo más problemas que soluciones.
Si realizas este ejercicio, será cada vez más fácil que de manera automática analices las situaciones antes de saltar a una solución.
Como verás es un ejercicio de reconocimiento que puede ser complicado, al nombrar nuestros recursos, sobre todo cuando no nos conocemos muy bien, pero si lo intentas, verás que pronto te será cada vez más fácil resolver situaciones de conflicto.